Está escrito en mi alma
“ Me duele tu ausencia, cuando estoy solito Cariño bonito ven, ven te quiero más” “Donde las estrellas duermen solitas, donde las nubes son almohadas de nacientes galaxias ahogadas, donde los astros se reúnen cada madrugada, donde los volcanes, montañas y nevados se miran reflejados en los más bellos lagos, donde la luna se presenta en la ausencia de un cariño bonito, donde el amor está a la vista de los que le cantaron al amor solitos, con un requinto del alma, con una guitarra que cada día les acompaña, cada detalle cada nota en el pasillo que noche a noche regresa a nuestro lado, no es ni será olvidado, es el reflejo de un pueblo que lo volvió promesa en sus labios”. Cada primero de Octubre celebramos el día del pasillo, de esa música que nos recuerda al gran Ruiseñor de América, entre sus acostumbradas canciones del alma, donde se prohibía no soñar. Las rosas eran una expresión muy pequeña para los que un pasillo lo hicieron leyenda, un género que cautivo a grand