El Renacer del Fuego

     Por las aguas del inmenso mar empezaron a aparecer los navíos, las carabelas, los barcos llenos de hombres que venían a extender sus ansias de conquistar. Se encontraban sentados los pueblos aborígenes admirando el inmenso mar, cuando sintieron como se acercaban intranquilas las olas a avisar sobre un ataque atroz y fatal.

Descendieron de sus naves los hombres llenos de un coraje abusador, descendieron los famosos conquistadores, los de la fama, pero ¡que trajeron!

Junto con ellos vinieron las nuevas costumbres, la aculturizacion, la religión notablemente fue una de las más afectadas, llegaron, libros y santos, llegaron y cambiaron esos ancestrales calendarios.

Así en estas fechas tan especiales rescatamos el equinoccio de invierno, el inicio del Nuevo año, el tiempo de volver a nacer y recrear, en este día tan único los taitas andinos se centran por varios días en purificar y limpiar su alma, una noche antes del 21 de Marzo se reúnen en Asamblea conocida como Tantanakuy donde al amanecer el fuego nuevo renacerá.

Se compartirán los alimentos sembrados que tendrán el sabor de la cosecha que dejó el nuevo renacer, el maíz será el más grande representante de la esta fiesta ancestral donde se cosechan los grandes y más importantes sueños que traerán el recibir un año más.

Viajando en el tiempo esa celebración aún se sigue manteniendo, aun los taitas purifican sus almas y sus cuerpos solo que ahora es más un acto de los pueblos que son verdaderos ejemplos de conservar sus costumbres, valores y sueño.

Devuelta en el tiempo nos centramos en la actualidad mientras nuestros pueblos celebran el Año Nuevo Andino, muy aparte se celebra la semana santa una fechas más apegada a los acontecimientos de la muerte y resurrección del hijo de Dios.

Una celebración venida con los conquistadores, que llego acompañada de ritos especiales y grandes procesiones, rescatando en detalle las procesiones surge a la historia la primera vez que se celebró la famosa Procesión de Jesús del Gran Poder, son 55 años donde las almas han recorrido por tantas ocasiones ese callejón de la amargura hasta pasar repetidas veces por la puerta del perdón, salen a caminar por las calles de Quito miles de cucuruchos arrastrando cruces y cadenas, llevando a pasear sus penas, buscando el perdón.

Y las calles traen envueltas en velos morados y negros miles de almas que buscan el perdón para visitar en su muerte a los cielos, necesitaran caminar muchas veces para que se les cumpla ese deseo, no son actores pasajeros de su fe en momentos inciertos, ellos son los protagonistas de la procesión que en cada cucurucho deja consigo un camino de verdadero misterio.


Porque no conocemos mas de esos verdaderos misterios, a bordo de Casa 1028 en un almuerzo especial acompañado de la Fanesca y verdaderos secretos. 

¡Vamos A dar un viaje en el tiempo!

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Relato: Daniel Villacis

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