Tras Mis Huellas

Desde la Plaza central de un lugar cualquiera un hombre se presenta atento a causar alboroto con sus piropos, inaudita la multitud de pronto se levanta, mas no reclaman nada pues el chulla es quien les habla.

Tanta delicadeza a la palabra en aquella corta inspiración, tan solo bastaron dos pequeñas frases para que encendiera de amor a aquella aturdida población.

Desde un balcón en especial con el sol como su único acompañante se encontraba una dama muy elegante, con su sombrilla tan delicada y despampanante de hermosura, recibía aquellos piropos de manera delirante.

Sus cabellos se veían rebosantes de belleza, mechones de perfección que inspiraban al chulla en su angustiante desesperación por llegar a ella.

Nadie decía nada, todos miraban atentos como el sol cobija a aquel amor que parecía proponerse pasajero, un amor que llenaría de envidia al mundo entero.

La tarde se proponía gris, la alegría cambia de romance aquel matiz, de pronto aquel chulla le susurraría con tibieza mientras sonreía “vengo a llevarte a pasear esta tarde, te lo dice un cobarde que se enamoró con solo mirarte”

Miedo sentirán aquellos dos personajes que con tan solo mirarse y susurrarse aumentaron sus latidos hasta convertirlos en dos corazones que arden.

El tiempo paso y decidieron casarse, en una iglesia donde estuvo un gran personaje, un fraile especial que inspiro a pintores, escultores y desarrolló las bellas artes.

Una historia que aún no ha terminado de contarse, entre huellas y misteriosos detalles, dejemos que estos tres personajes nos transporten como lo hicieron aquella tarde. Dejemos que una vez más esos piropos y esas miradas nos hagan a todos soñar.

Vamos a caminar en un recorrido especial, tras las huellas de la luna y su pequeño disfraz.

¡Te atreves a seguir la Huella!

Tras mi huella, Quito a Pie

Reservas:

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Relato por Daniel Santiago Villacís Larco