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Mostrando entradas de junio, 2016

¡Mi corazón late por ti!

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L as mentiras son un parte de la verdad, se ocultan en silencio para lastimar a quien de ellas se quiere escapar, en los sueños buscamos la sinceridad de las palabras que nos ayuden a olvidar los duros recuerdos que nos pudieron hacer llorar, nos sentimos atados a la cruz que no cargamos, nos sentimos amarrados a la luna que jamás miramos, seguimos las estrellas que jamás pensamos que estarían en ese lugar, nos imaginamos que el sol esta donde lo dejamos, mientras buscábamos a la sombra que nos dé, el frio tan particular. Ese polvo tan frecuente que pasaba por nuestros labios, se confundía con esa niebla tan perfecta que cubría a la ciudad y ocultaba su belleza. Las hojas caían en su otoño tan particular, se despedían de la eterna primavera a la cual juraron amar, no eran rosas tiernas las que vamos a mencionar, son doncellas enamoradas que se alejan de la tempestad de palabras. Mi corazón late por ti desde aquella madrugada, late desesperado porque te alejas como si fuera

Solsticio Ancestral

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L as cosechas se encuentran listas las papas por un lado y el maíz por el otro la pepa de oro como la solían llamar, la chicha o la bebida de los dioses y los cuyes, cada una de ellas  brindan un color de belleza y perfección a esta ancestral celebración.  El sol se ha detenido a mirarlos, simbólicamente espera el agradecimiento por el calor brindado para sus productos recibidos, el tiempo pasara más lentamente y el verano se sentirá presente. Se dice que en estas fechas el sol ha resucitado, dicen que nacerá nuevamente para brindarnos lo que más necesitamos, así es como se marca el comienzo de un año nuevo Inca, un tiempo de agradecimiento y de pedir por que el periodo venidero sea de abundancia. Una fecha especial donde se reúnen los hombres más sabios y realizan un ritual usando sus trajes característicos para gradecer al sol, aquí  elevan las copas de oro que llevan consigo cientos de años de historia y que se han ido transmitiendo de generación en generación. Si

¡Mírame una y mil veces!

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E n la noche más silenciosa de un invierno pasajero voy a buscarte, caminare solo sin que ninguna estrella pueda mirarme, descansare en el dulce regazo de las estrellas, mas no te dejare ir aunque de nosotros se apodere la niebla. La felicidad se ha vuelto efímera y traicionera, la tristeza ha dejado una brecha abierta en la más amarga de las peleas. Donde el amor no pelea, solo se aleja y no fantasea con volver a la realidad. Me contaban que te habían visto caminar, llevabas tu bastón color marrón y tu sombrero color vino ochentero, me dijeron que te vieron saludando con el mundo entero, respondiendo con piropos y cortándote el cabello, me siento afortunado de que te vean conquistando corazones olvidados. Recuerda que siempre te sentabas conmigo a conversar, tu silueta me acompañaba hasta el último segundo de nuestro largo palpitar de palabras y cuando no quería escuchar siempre me solías susurrar ¡mírame una y mil veces más! Solo así entendería la importancia de tus pala

¿Por qué dejar de caminar a tu lado?

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E ra una mañana fría, con lluvia pasajera  y muy extraña, el sol no salía como acostumbraba cada madrugada y al parecer las nubes se ponían en contra de cubrir a las blancas y heladas montañas. Pero ahí en silencio me encontraba, a los pies de un barranco que desde el fondo a mi nombre llamaba, suplicaba mi presencia entre risas abrumadoras y macabras. Pero jamás soltaba tu mano, tus consejos siempre me acompañaban, tus palabras eran tan sublimes, tan fuertes que retumbaban en mi mente a cada instante. No olvido el color de tus cabellos y tus bigotes desordenados como telarañas en la mejor de las mañanas, tu sonrisa tan sonora como pajaritos en una reunión alegre y desoladora de tristeza. Recuerdo como en las tardes intercambiábamos verdades, entre varias tonalidades entendíamos lo eterna que era nuestra relación, era como viajar a otro lugar en donde nada nos pudiera molestar. Decían que estaba prohibido dejar de lado a quien siempre te da la mano, que en los vera