La más centenaria de la región
Hoy
le rendiremos un pequeño homenaje a la Carita de Dios, ya han pasado 482
primaveras desde que aquel fatídico día nuestra historia aborigen cambiaría,
pues es cierto que dimos un giro de 360 hasta llegar a lo que hoy día es
conocido como la ciudad de la noble tradición.
Hay
frases que se quedaron impregnadas en nuestras mentes “Anocheció a mitad del
día” una frase llena de verdad y de ironía, incluso hay que mencionar que ya no
son iguales los atardeceres, que el sol no brilla con todo su esplendor y que
la luna no brinda la misma ilusión que daba a todo su pueblo luchador.
Las
flechas envenenadas terminaron por ser desviadas, las balas de plomo cubrieron
con afianzada desdicha los espacios que un día fueron llenos de alegría.
No
podemos explicar cuál fue el alboroto que causo la fundación, pues desde los
escombros San Francisco de Quito se levantó, desde la nada una ciudad fantasma
emergió, sobre las piedras Incas se levantaron imponentes edificaciones y sobre
ellas las más profundas tradiciones.
Los
años han pasado y con cada uno de ellos se ha quedado el silencio sepulcral,
pues aunque Quito tenia edificios calles e infinidad de detalles que la volvían
espectacular, las sombras no paraban de perseguir a quienes daban por gloriosa
la conquista que hoy solo la llamaremos fastidiosa.
No
podemos calcular cuantas son las vidas que se perdieron, que se sacrificaron
para que Quito sea llamada y la verdad no quedan muchas razones para celebrar
pues hay detalles que jamás vamos a olvidar.
En
medio de todo el drama que esta fecha históricamente levanta, felicitamos a
nuestra bella capital por cumplir un año más, pues ella esta engalanada y
vestida de seda, los chullas aun por sus calles se pasean buscando a esas damas
que quieren conquistar, incluso los colibríes con emoción la vuelan y al son
del San Juanito se baila la noche entera, no se puede olvidar ese pasillo tan excepcional y uno que otro piropito se
escucha dedicar y pues alguno teníamos que rescatar, más o menos decía así:
“De
todos los Barrios quisiera ser de Guayllabamba a que se enamoren de las letras
de este guambra”
Solo nos
queda más que decir:
¡Que viva Quito!
Relato Por Daniel Villacis
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