Imagenes escondidas

"Un fragmento de la historia del arte"

Miles de pintores con manos prodigiosas, con pigmentos que salían de las mejores mezclas naturales, que hacían a los lienzos murales que relataban la belleza del silencio, cada lienzo era especial, genial y particular, cada uno de ellos escondían interesantes misterios, algunos dicen que eran verdaderos secretos que los pintores se llevaban a su tumba, otros mencionan que tan solo eran viejos relatos de ultratumba.

Había cuadros muy particulares, tenían errores monumentales, angelitos que perdieron su belleza o tan solo Vírgenes que ya no deleitaban por su serenidad.

Quizá el pintor perdió la cabeza, quizá un pequeño error hizo que el mejor de su cuadros pareciera una de las más fuertes obras de terror.

Había un pintor muy especial Miguel le solían llamar, cuentan que en su taller habían obras que a cualquiera harían de rodillas colocar, dicen que un Cristo agonizando era su icónica representación de la tragedia de la crucifixión, pero era demasiado real aquella interpretación que todos los que la veían sentían su dolor, en otra esquina un cuadro con un gran error, un angelito con tres piernas, quien sabe si fue por equivocación o si este pintor perdió la devoción.

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Miguel el prodigioso pintor, sus obras alarmaron una tras otra a toda la población, que genial su obra dijeron los frailes de toda una congregación, que incluso se la llevaron para una eterna exhibición.

Hasta hoy sus lienzos esconden secretos maravillosos, no importa si estuvo loco como muchos llegaron a afirmar, lo que cuenta es que sus obras se catapultaron a lo más alto del arte nacional.

Miguel de Santiago es solo uno de los muchos pintores que dejaron secretos en sus magistrales obras de arte, que con el tiempo han traído mucha tela que cortar y que aunque siga pasando el tiempo serán tesoros de la ciudad.

Decían que los pintores solo ponían colores a su oscura realidad, que sus obras eran su vida y que su vida sin ellas no podía estar, la grandeza del arte en su máxima expresión cultural.

Relato por Daniel Villacís