Locura!!!!
“Fragmento de un hospicio”
Nuevamente
veo ese sol desde las rejas de mi ventana, desearía salir y caminar por las
calles de la ciudad, pero me encuentro preso por mi inminente locura, supongo
que fue intencional cuando me arroje a la quebrada de la ciudad, es que arañas
negras quise rescatar pero sus turbias aguas me arrastraron a los cementerios más
preciados.
Eran
las seis de la mañana y un hombre vestido de blanco irrumpió en mi cuarto, fue
la primera vez que era visitado y para ser sincero me tenían atado a mi cama
pues mi antigua visita inexplicablemente cayo por la ventana.
Aquel
hombre reviso mis doscientos huesos y mi collar de calaveras, me dijo que me veía
normal, pero recuerdo en mi cabeza las voces no dejaban de molestar, me traen
recuerdos de mi alma castigada, me recordaban que me consumí como carbón a lo largo
de un año y que el aroma de mi alma era la de un verano, un verano que empezaba
a desaparecer como una lluvia con pocos pero perturbantes rayos.
Nadie
me venía a visitar, nadie quería saber más del loco que se paseó un día por la
ciudad, pero afirmo orgulloso que con ese miedo desgraciado pude mi vida
disfrutar, igual me engañaba solito al esperar que un amor bonito me llegara a
rescatar.
Han
pasado más de diez años desde que me dejaron aquí abandonado, en las paredes
rasgue con mis manos los días donde me sentí desesperado, así fueron creciendo las
cicatrices que se apoderaron de mi desesperada soledad, cuanto me duele el ver
como envejece mi libertar cuando la locura es parte de mi viejo caminar.
Un
día llego a mis manos una pluma y un cuaderno, en el mismo raye con tinta
salida del infierno a todos a los cuales regresaría a buscar cuando mi cuerpo
sea convertido en ceniza, luego escondí aquella carta en la vieja almohada que
por décadas me ha acompañado, pues a las diez lastimosamente fue la última vez
que vi como el sol se alejaba despiadado y como se cerraban por última vez las
cortinas del calabozo del loco más olvidado.
Estaba
loco no lo puedo negar, lastimosamente son las lágrimas de la luna las que eternas
y desnudas decidieron mi alma consigo llevar, que amargo final me ha tocado, el
ser loco no fue una opción más bien una decisión que disfrute mientras más
bella y necesaria fue visitar a la muerte mientras se disponía a cobijar mi último
caminar.
Porque
muertos estamos ya y ya no vamos a regresar y para que regresar si ya estamos
locos y muertos jajajajaja.
Relato
por Daniel Villacís
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