“La esquina de las almas”


Existen lugares donde con tan solo nombrarlos surgen un sin número de historias, relatos que en su enredo siempre tienen agradables finales.

El Convento de San Francisco es uno de ellos, dicen que este lugar tiene un atrio construido por el diablo, mencionan que un dedo misterioso sedujo a un fraile curioso y lo llevo a perderse en una fría catacumba, que viejos fantasmas rondan sus pasadizos tétricos y de compleja ubicación, pero sin dudar la esquina de las almas se llevara toda la atención en esta ocasión.

Cuentan que esta esquina se encuentra entre las calles Imbabura y Bolívar, se decía que era una de las famosas esquinas del viejo Quito, aquí para más certeza van a encontrar una cruz verde, a la misma que hoy le diremos la cruz del amor prohibido.

Image result for la esquina de la cruz verde quitoDicen que había dos frailes que acostumbraban a escaparse del Convento para salir a enamorar a las chicas del barrio, un día los hombres de aquellos barrios celosos porque les estaban robando la atención de sus mujeres decidieron darles un pequeño escarmiento a los dos frailes aventureros.

Una noche los hombres de San Roque esperaron a que los Frailes salieran a sus andanzas, los dejaron un momento hasta que los sorprendieron para linchar a los conquistadores, cuentan que les perseguían por todo el barrio y que casi ya cuando les habían alcanzado en plana esquina de la cruz verde salieron las almas del purgatorio a ayudar a los dos frailes y rescatarlos.

Image result for almasLa muchedumbre asustada no hizo más que tomar carrera y huir desesperadamente.

Desde ese día cuentan que los frailes pidieron perdón a las almas y no emprendieron más escapes, por dicha razón los Sanroqueños bautizaron a esta esquina como la esquina de las almas.

Las almas socorrieron a dos personas que nunca se lo pidieron, dejando entre abierto la línea delgada entre la vida y la muerte.

El miedo no consume a un corazón enamorado, más bien la ventura lo domina y vuelve al amor un mal necesario.

Entre almas sonrisas y escapes seguiremos buscando historias únicas y llenas de bellos y curiosos detalles.

Relato por Daniel Villacís
 





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