¿Por qué dejar de caminar a tu lado?

Era una mañana fría, con lluvia pasajera  y muy extraña, el sol no salía como acostumbraba cada madrugada y al parecer las nubes se ponían en contra de cubrir a las blancas y heladas montañas.

Pero ahí en silencio me encontraba, a los pies de un barranco que desde el fondo a mi nombre llamaba, suplicaba mi presencia entre risas abrumadoras y macabras.

Pero jamás soltaba tu mano, tus consejos siempre me acompañaban, tus palabras eran tan sublimes, tan fuertes que retumbaban en mi mente a cada instante.

No olvido el color de tus cabellos y tus bigotes desordenados como telarañas en la mejor de las mañanas, tu sonrisa tan sonora como pajaritos en una reunión alegre y desoladora de tristeza.

Recuerdo como en las tardes intercambiábamos verdades, entre varias tonalidades entendíamos lo eterna que era nuestra relación, era como viajar a otro lugar en donde nada nos pudiera molestar.

Decían que estaba prohibido dejar de lado a quien siempre te da la mano, que en los veranos es cuando más caminamos, que la locura es compartida cuando las puertas más cerradas se abrirán, que las horas del reloj se detienen buscando un sentido que contagie algo más que el olvido.

En un especial recorrido por las calles de la ciudad me contaste lo que mi abuelo te puedo expresar, varias generaciones llenas de experiencias, varias anécdotas que devuelven la alegría y la paciencia, a quien con inteligencia aprende a escuchar.

Me enseñaste que no debía mirar hacia atrás, que aprendiera a respirar el aire necesario para una sonrisa dedicar, me dijiste que el granizo trae el más blanco de los lamentos para los que lo han sentido ya.

Cuentan que el miedo traspasa las fronteras, ¡ya no estaba más de tu mano! Ahora era yo el que solo caminaba, pero jamás deje de recordar que tú siempre a mi lado ibas a estar, presente en aquella brisa pasajera, en el aroma de los lirios, de las orquídeas y los laureles, en el vuelo desesperado de los cóndores por los bellos Andes.

Ya no hay impostores, ni malos negociadores, la vida es aquella ruleta que juega siempre con una ventaja de siete tiros, la reacción será lenta puesto ya te encontraras en el silencio del olvido.

Se dirá muchas cosas de un Abuelo, de un padre y de un hijo, darán un significado de belleza y grandeza a cada palabra.

Vamos a caminar en un tour especial, dejemos que nos inviten a sentir la brisa y nos ayuden a salir ilesos en la caminata al barranco que nos viene esperando.

No hay pasos en falso, mientras siempre vaya de tu mano.


Tras Mis Huellas- Quito a Pie
Sábado 18 de Junio 9:00 y 12:30 am.

Contactos: 0959130274 / 6035143
reservas@casa1028.com


Relato por Daniel Villacís

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